No sé la imágen que se tendrá, en general, de los filósofos, qué representan para el lector, o a qué creéis que se dedican. Y ésta última, además, es una pregunta que suele hacerse a un estudiante que, tras preguntarle, afirma que está estudiando filosofía. Pero no quiero hablaros del quehacer filosófico de un "amante de la sabiduría" actual. Normalmente (aunque con excepciones) me interesa más el pasado que el presente, así que no vamos a discutir sobre el filósofo de hoy, sino del de ayer.
La filosofía se ha caracterizado por llegar muy alto en sus reflexiones, indagando entre cuestiones últimas y realidades íntimas de la naturaleza, muy alejadas casi siempre de la realidad inmediata del agricultor de campo y del artesano de barrio. Esta última es la realidad que imperaba en las mentes de cualquier habitante de pueblo o ciudad del quinto, del cuarto o del primer milenio antes de Cristo. Y también del noveno u octavo siglo.
Un ejemplo clásico, para comprender el "nivel de abstracción" de estas gentes, es el trato recibido por un concepto tan vulgar como "círculo" en el antiguo egipto. Un "círculo", si nos paramos a pensar, juega entre la obviedad y el desafío al intelecto. Es una figura perfecta "que no existe" en la naturaleza y que usamos para ejemplificar a muchos elementos de ella, con mayor o menor grado de paralelismo.
Pero esta visión un antiguo egipcio no la tenía. Un antiguo egipcio hablaba de ruedas o de la boca de un pozo. Y cuándo hacía matemáticas, sabía que ciertos principios podían aplicarse por igual a una rueda, o a la boca de un pozo. Pero su sabiduría era muy práctica, y su matemática era directa: sabía que los principios eran aplicables por igual a la rueda y al pozo porque funcionaban, por pura experiencia, pero no porque reflexionara sobre qué los hacía tan parecidos y por qué.
Fue un filósofo el que empezó a pensar de otra forma. Tales de Mileto es el primer filósofo según la tradición clásica del que se tenga constancia, y él introdujo en el mundo un concepto tan primitivo para nosotros como el de "círculo", y reflexionó el por qué esas reglas egipcias funcionaban tan bien: porque dichas "reglas" eran propias de esa figura, y tanto la boca del pozo como la rueda se parecían a él. Parecerá una tontería, pero es un salto cualitativo e importante en el pensamiento, y díficil de alcanzar sin algún tipo de impulso.
Es una nueva forma de pensar que tuvo que ser motivada por algún tipo de milagro. Algún empujón que hiciera a Tales de Mileto a pensar de esa nueva forma. Y a éste milagro se le denomina comúnmente "el milagro Griego". Y la verdad es que los motivos son bien complicados, y todavía no se conocen bien, aunque se pueden vaticinar las causas.
Mileto, en tiempos de Tales (siglo VI-VII aC), era una colonia griega situada al oeste de Turquía, en los líndes de los dominios griegos. Y ya sabeis lo que pasa en tales situaciones: comercio, intercambio cultural, leyendas traidas de otras tierras, etc. Y los habitantes de dichas ciudades se enfrentan a varias realidades sociales y culturales a la vez. Quizás es éste contexto de intercambio el que propició a Tales de Mileto esa capacidad de mirada "abstracta", de contrastación y síntesis y desde "las alturas" de todo lo que le rodeaba, capacidad que no compartiría con individuos de las capitales de estado, que vivían en su propia "caja tonta", debido a su contexto cultural focalizado.
Tales de Mileto parece ser que provenía de una familia adinerada de comerciantes que fue educado en Egipto, que quizás fuera la tierra con el más alto galardón en esa sabiduría "práctica" de toda la antiguedad clásica, y su educación en Egipto posiblemente fuera el último eslabón en la cadena de causas que llevarían a Tales a ser la persona que logró llegar a ser.
¿Y ésto es todo? No señores, la mentalidad de Tales y los filósofos que lo sucedieron es mucho más profunda que la idea del círculo y algunas propiedades geométricas más. La filosofía, por supuesto, comenzó siendo algo mucho más que eso.
Continuará ...
La filosofía se ha caracterizado por llegar muy alto en sus reflexiones, indagando entre cuestiones últimas y realidades íntimas de la naturaleza, muy alejadas casi siempre de la realidad inmediata del agricultor de campo y del artesano de barrio. Esta última es la realidad que imperaba en las mentes de cualquier habitante de pueblo o ciudad del quinto, del cuarto o del primer milenio antes de Cristo. Y también del noveno u octavo siglo.
Un ejemplo clásico, para comprender el "nivel de abstracción" de estas gentes, es el trato recibido por un concepto tan vulgar como "círculo" en el antiguo egipto. Un "círculo", si nos paramos a pensar, juega entre la obviedad y el desafío al intelecto. Es una figura perfecta "que no existe" en la naturaleza y que usamos para ejemplificar a muchos elementos de ella, con mayor o menor grado de paralelismo.
Pero esta visión un antiguo egipcio no la tenía. Un antiguo egipcio hablaba de ruedas o de la boca de un pozo. Y cuándo hacía matemáticas, sabía que ciertos principios podían aplicarse por igual a una rueda, o a la boca de un pozo. Pero su sabiduría era muy práctica, y su matemática era directa: sabía que los principios eran aplicables por igual a la rueda y al pozo porque funcionaban, por pura experiencia, pero no porque reflexionara sobre qué los hacía tan parecidos y por qué.
Fue un filósofo el que empezó a pensar de otra forma. Tales de Mileto es el primer filósofo según la tradición clásica del que se tenga constancia, y él introdujo en el mundo un concepto tan primitivo para nosotros como el de "círculo", y reflexionó el por qué esas reglas egipcias funcionaban tan bien: porque dichas "reglas" eran propias de esa figura, y tanto la boca del pozo como la rueda se parecían a él. Parecerá una tontería, pero es un salto cualitativo e importante en el pensamiento, y díficil de alcanzar sin algún tipo de impulso.
Es una nueva forma de pensar que tuvo que ser motivada por algún tipo de milagro. Algún empujón que hiciera a Tales de Mileto a pensar de esa nueva forma. Y a éste milagro se le denomina comúnmente "el milagro Griego". Y la verdad es que los motivos son bien complicados, y todavía no se conocen bien, aunque se pueden vaticinar las causas.
Mileto, en tiempos de Tales (siglo VI-VII aC), era una colonia griega situada al oeste de Turquía, en los líndes de los dominios griegos. Y ya sabeis lo que pasa en tales situaciones: comercio, intercambio cultural, leyendas traidas de otras tierras, etc. Y los habitantes de dichas ciudades se enfrentan a varias realidades sociales y culturales a la vez. Quizás es éste contexto de intercambio el que propició a Tales de Mileto esa capacidad de mirada "abstracta", de contrastación y síntesis y desde "las alturas" de todo lo que le rodeaba, capacidad que no compartiría con individuos de las capitales de estado, que vivían en su propia "caja tonta", debido a su contexto cultural focalizado.
Tales de Mileto parece ser que provenía de una familia adinerada de comerciantes que fue educado en Egipto, que quizás fuera la tierra con el más alto galardón en esa sabiduría "práctica" de toda la antiguedad clásica, y su educación en Egipto posiblemente fuera el último eslabón en la cadena de causas que llevarían a Tales a ser la persona que logró llegar a ser.
¿Y ésto es todo? No señores, la mentalidad de Tales y los filósofos que lo sucedieron es mucho más profunda que la idea del círculo y algunas propiedades geométricas más. La filosofía, por supuesto, comenzó siendo algo mucho más que eso.
Continuará ...
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